La Guayabera Yucateca
Teniendo Cuba una posición geográfica estratégica en la época de los transportes marítimos, la guayabera llegó a otros países con relativa rapidez. En la península de Yucatán en México fue adoptada de inmediato. A las Filipinas también llegó en los barcos españoles. Su presencia en varios países de Sur América la han convertido en la vestimenta “criolla” por excelencia. Cada lugar ha aportado su toque, ya sea en el bordado, las alforzas o el orto, pero lo que sigue igual es su funcionalidad, haciendo que quien la lleva puesta simplemente la sienta como suya.
En Mérida, muchos investigadores han atribuido a don Pedro Mercader Gausch -de origen español- el ser el introductor de la guayabera precisamente de Cuba.
Don Pedro, a quién tuvimos el agrado de conocer, -llega a Progreso Yucatán y decide fijar su residencia en Mérida- solía contar que cuando arriba al país procedente de Cuba, “a principios de la segunda década del siglo pasado, los campesinos usaban una camisa larga blanca de algodón y camiseta de punto diario. Los citadinos pudientes vestían traje americano de casimir con chaleco”.
Fue entonces cuando abrió su taller de camisería y luego el primer expendio de ropa hecha en Mérida, frente al actual edificio del Hotel Mérida. Entonces no se usaba la guayabera. Consideraba haberla introducido al adaptarla a las costumbres observadas.
El visionario se dedicó a confeccionar su modelo; observó que el clima de esta ciudad era parecido al de Cuba por lo que le vio futuro a su proyecto. Para que fuera una prenda peculiar, la fabricó con diseños alforzados, adicionándoles dos bolsas delanteras superiores con tapas y botones y convirtió en anchas las bolsas inferiores, lo que en Cuba era sólo adorno, y aprovechando el vestuario típico de la región, decidió que fuera en color blanco, dándola a conocer en México como “la guayabera”.
La empresa de don Pedro llevó el nombre de Casa Mercader y en ella realizó otras modificaciones como las líneas rectas, el corte entallado, tabletones, que hacía rígido el cuello y las entretelas que las reforzaban. Las fabricó en telas de algodón y lino en colores, blanco y clásicos claros.
El uso de la guayabera permitió desplazar la rutina del traje, sin perder elegancia, de tal manera que pronto se extendió su usanza, poniéndose de moda en Yucatán, Campeche, Veracruz y después se extendieron a toda la República Mexicana.
En países como Filipinas, México, República Dominicana, Panamá, Puerto Rico, la guayabera la han convertido en parte de su cultura popular, de ahí la confusión de su verdadero origen. Se sabe con certeza que a Filipinas y Puerto Rico llegó procedente de Cuba en los tiempos finales de dominación española, pero no se popularizó hasta después de la intervención norteamericana, por considerar la metrópoli que era una prenda insurrecta de los cubanos.
El intercambio constante que hubo entre Cuba y Yucatán también transportó la guayabera que los yucatecos asimilaron creándole pequeñas variantes y perfeccionando su confección (llegando a popularizar el eslogan de que «Yucatán es la puerta al mundo Maya y Mérida es la capital mundial de la guayabera»), de ahí pasó a Veracruz, y los jarochos la tienen como su vestuario nacional; y hasta los panameños le llamaron “panameña”.
La guayabera ante la fuerte competencia desatada por países maquiladores recibió un impulso durante el gobierno de Luis Echeverría quien las utilizaba en sus giras tanto en el país como en el extranjero, que pasó a ser un artículo de exportación en ese período, junto con la décima cubana que la coloca entre la leyenda y la quimera.
Diferencia entre la guayabera yucateca y la guayabera cubana
La guayabera es una prenda tropical que sigue de moda y aunque fueron los guajiros hace tres siglos en Cuba los primeros en usarla, ahora es un signo de elegancia que se usa en vez de un traje y corbata en países calurosos.
Cuando se le pregunta a Ramón Puig, conocido como “El Rey de la guayabera”, si esta vestimenta sólo la usan los viejos, contesta: “nada de eso, aquí vienen profesionales jóvenes a comprarla y la usan también niños y mujeres en bodas”.
Puig es un cubano de origen catalán, de 82 años, que tiene desde hace más de 25 años su “Casa de las Guayaberas” en Miami.
El comerciante es originario de Sancti Spiritus, Cuba, nada menos de donde se cree que se inventó la guayabera a principios del siglo XVIII, a pesar de que otros países como México y Filipinas reclaman ese honor.
Los historiadores cubanos dicen que el inmigrante andaluz José Pérez Rodríguez le pidió a su mujer costurera, Encarnación Núñez, que le hiciera una camisa larga con cuatro bolsillos grandes, “para llevar la fuma y otras cosillas”. El nombre posiblemente vino por la costumbre de los guajiros (campesinos en Cuba) de llevar las guayabas en los bolsillos de esa camisa.
Una cuarteta de trovadores del Oriente de la isla cantaba entonces: “y la llaman guayabera por su nombre tan sencillo, por llenarse los bolsillos con guayabas”.
Durante la guerra independentista contra España, llevada a cabo de 1898 a 1902, los combatientes adoptaron la guayabera, adornada con pañuelos con los colores de la bandera cubana, como un signo de patriotismo y de rebelión contra la potencia colonizadora.
En Miami, la capital del exilio cubano, la guayabera blanca de manga larga y de tejido de lino, sigue siendo una prenda emblemática que expresa la “cubanía” del que la viste o del “cubanazo”, que se siente más cubano que ninguno.
Cuando Ronald Reagan viajó a Miami para reunirse con los líderes del exilio cubano, lo hizo vistiendo una guayabera blanca larga con gemelos, hecha a medida por Ramón Puig, quien tiene en su despacho una foto del ex presidente de Estados Unidos con esa prenda y que muestra con orgullo.
Puig también ha hecho guayaberas para actores como Robert de Niro y Sylvester Stallone.
Cuando Puig trabajaba con esta prenda en Cuba (“llevo mas de 59 años unido a la guayabera”), uno de sus clientes más famoso fue el escritor Ernest Hemingway, a quien le gustaba lucirla en sus paseos a pie por La Habana y con esta camisa posó para el famoso fotógrafo canadiense Yousof Karsh.
Esta prenda eminentemente tropical alcanzó su mayoría de edad cuando el escritor colombiano Gabriel García Márquez fue a recibir en 1982, en Estocolmo, el Premio Nobel de Literatura vestido con una guayabera blanca, a pesar que el protocolo exigía un traje frac negro.
A pesar de su aparente origen en Cuba, la guayabera se popularizó en el mundo gracias a las fábricas yucatecas en México, así como también a las de Panamá y Colombia, donde se incluyeron nuevos tejidos, colores y hasta bordados.
En Filipinas, existe el “Barong Tagalog” que se cree que derivó de una camisa mexicana llevada a esas islas por marineros filipinos que habían servido en los galeones españoles en la ruta marítima Acapulco-Manila.
Los filipinos modificaron a su manera la guayabera mexicana y aunque ambas no se meten dentro del pantalón, tienen sus diferencias. La filipina cuenta con tejidos mas finos, con elaborados bordados y adornos de figuras.
Al contrario de la guayabera, el “Barong” no lleva bolsillos y se cierra el primer botón en el cuello. El ex presidente filipino Ferdinand E. Marcos la declaró “prenda nacional” y se usa en los actos oficiales como un distintivo de elegancia.